El mundo va a acabarse antes que la poesía
y habrá nombres
para diferenciar el olvido de la fauna
del olvido de la flora.
La palabra esqueleto solo se referirá a los restos humanos
porque habrá una forma particular
de describir el conjunto de huesos
de cada especie extinta.
Habrá un nombre para designar la última chispa de fuego,
un nombre primitivo como el del maíz,
y otro para la transparencia del río
que muchos se habrán lanzado a atrapar
al confundirla con sus almas.
Las crías nacidas ese día no se tendrán en cuenta,
pero la palabra parto sustituirá la palabra ironía que ya
habrá sustituido la palabra tristeza.
Y habrá un léxico de adioses,
porque se dirán de tantas formas
que llenarán un libro entero, que es lo que quedará del amor,
de la literatura.
El mundo va a acabarse antes que la poesía
y la poesía continuará afirmando su devoción
a lo perdido.
Tania Ganitsky (Bogotá, 1986).
Escritora, traductora, editora, poeta y ensayista. Es Doctora en Filosofía y Letras. En 2009 ganó el Concurso Nacional de Poesía de la Universidad Externado de Colombia y en 2014, el Premio Nacional de Poesía Obra Inédita con su primer libro, Dos cuerpos menos (2015). Publicó Cráter, en coautoría con el artista José Sarmiento, en 2017. Desastre lento (2018 y 2019) estuvo entre los cinco Finalistas Nominados al Premio Nacional de Poesía que otorga el Ministerio de Cultura en 2019. La suspensión de los objetos flotantes (2020), con ilustraciones de Ana María Lozano y publicada por Cardumen y El fuego que quería recordar (2021) son sus colecciones de Poesía más recientes. Es coeditora de La trenza, fanzine de ilustración, ensayo y poesía de mujeres colombianas e imparte cursos y talleres de poesía en algunas universidades de Bogotá.

